martes, 12 de febrero de 2008

La banca privada encuentra un filón en el bajón inmobiliario

Ganar cuando los demás pierden. Es uno de los retos que afronta la banca privada en España. Según el estudio Tendencias y Estrategias de la banca privada en España II: El cliente, elaborado por Accenture, el Instituto de Empresa y Morgan Stanley, la actividad de estas entidades especializadas crecerá un 10% este año a pesar del pinchazo del sector inmobiliario y de la tendencia bajista de la bolsa.

O más bien, gracias a esos dos factores y a pesar del contexto de ralentización del Producto Interior Bruto español que se prevé.

No obstante, el menor ritmo de movimientos corporativos, que ha generado últimamente un boom de nuevos clientes de banca privada tras vender su negocio, anticipa un posible descenso del negocio de banca privada a medio plazo.

Otros activos
La búsqueda de activos que tengan una menor correlación con las alternativas de inversión tradicionales, como el capital riesgo o los fondos de inversión libre (hedge fund), que pueden representar entre un 2% y un 5% de la cartera de un inversor institucional irá en aumento, como se desprende del citado estudio.

Actualmente, el peso del ladrillo concentra el 75% del ahorro de las familias, mientras que sólo el 25% va a activos financieros.
En función del informe –realizado en colaboración con 21 entidades financieras especializadas, representantes del 81% de los activos gestionados por la banca privada en España–, el volumen de mercado que tiene ante sí la banca privada en España es de 610.000 millones de euros, tomando como cliente tipo aquel que maneja un patrimonio medio de 848.000 euros. De estos, existen alrededor de 720.000 ciudadanos, de los cuales sólo el 36% está en manos de entidades especializadas. “Rentabilidad y productos innovadores están siendo las principales demandas del cliente”, explica Carmen Cavero, directora de relaciones institucionales de Morgan Stanley en España.

Entre otras tendencias, los clientes de banca privada han elevado su interés por productos que proporcionan una menor liquidez pero suelen comportarse mejor en términos de rentabilidad a medio plazo.

Entre estos se encuentran las inversiones alternativas como los fondos de capital riesgo (que se dedican a la toma de participaciones en compañías, normalmente no cotizadas, para apoyar su plan de crecimiento) y los hedge fund, que manejan estrategias de todo tipo para crear valor financiero (arbitraje de valores, distressed debt o compra de deuda con descuento, etcétera).

Otra de las tendencias apunta hacia un mayor uso de derivados financieros, que permiten apostar a la baja sobre valores de renta variable, así como de estrategias de préstamo de valores, que también permiten al inversor ganar cuando la bolsa baja.

Reparto territorial
Madrid y Cataluña aglutinan más del 50% del patrimonio total gestionado por clientes (tanto potenciales como reales) de la banca privada en España. Detrás se sitúan el País Vasco, Andalucía y la Comunidad Valenciana. “Su perfil es el de una persona escéptica y aventurera, que realiza un seguimiento importante de los mercados y cuenta con una adecuada visión global”, dice Adriana Scozzafava, de Accenture, que vaticina una mayor guerra de precios entre las entidades, ante la mayor sofisticación y el mayor grado de conocimiento del servicio recibido por parte de los clientes.

Una de las estrategias que utilizan las entidades es la de lograr que sus gestores inspiren confianza en el cliente y que su servicio sea personalizado. En este sentido, es de esperar que continúe la guerra por el talento entre bancos para retener y captar a los mejores profesionales.

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